jueves, 2 de diciembre de 2010

“PARVULARIO: EL PENSAMIENTO INTUITIVO” MONSERRAT MORENO

El niño es un investigador por naturaleza, si entendemos por investigador los procedimientos que te llevan a descubrir nuevos conocimientos. Si el niño no investigara no llegaría a conocer jamás el comportamiento de los objetos que lo rodean, no sabría que los cuerpos caen, que puede lanzar objetos a distancia, que puede atraer hacia el, juguetes lejanos, valiéndose de un instrumento intermediario, etc.

A partir de los dos años, al final del periodo sensorio motor, durante el cual el niño descubre entre otras muchas cosas la coordinación de sus propios movimientos, desarrolla de manera espontanea una serie de estrategias experimentales .

El periodo intuitivo, que transcurre dentro los dos años y los seis, el niño ira reconstruyendo a nivel representativo estos descubrimientos, ampliándolos con nuevas observaciones e inventando explicaciones teñidas de animismo, para los fenómenos naturales que observa.

La construcción de los fenómenos físicos da lugar a interpretaciones personalistas, que dotan de voluntad a los objetos, pero lo importante en este periodo de cara a la construcción de un razonamiento operatorio posterior, es la constatación misma de los fenómenos, el que descubra y observe el comportamiento de los objetos.

Estas operaciones se construyen gracias a la regulación interna de los esquemas preoperatorios de abstracciones procedentes de la interiorización de las acciones que el niño realiza sobre el medio que los rodea.

La observación y la experimentación espontanea proporcionaran al niño elementos de reflexión que van a poner en crisis sus primeras explicaciones causales, y les obligaran a crear sistemas más organizados de interpretación del mundo que le rodea.

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