jueves, 2 de diciembre de 2010

LA NATURALEZA HUMANIZADA.

Siempre se encuentran restos del quehacer humano. Muchos poblados mexicanos han sido habitados continuamente desde mucho antes de la invasión europea, esto ha cambiado nuestro paisaje a veces en una forma espectacular, para la creación de especies adaptadas para el desarrollo de la vida humana, indicando te mas diferentes de asentamientos humanos.

La distribución y la densidad de ciertas especies de flora y fauna obedecen a la intención humana.

Nombrar: crear.

Los mexicanos que no dominamos alguna lengua indígena hemos perdido la posibilidad de entender mucho del sentido de nuestro paisaje, no aceptamos el mensaje de esos nombres. Muchos nombres fueron grotescamente deformados en los primeros intentos por pronunciar las lenguas aborígenes, nombrar es conocer, es crear, lo que tiene nombre, tiene significado, en el caso de los toponímicos, su riqueza demuestra el conocimiento que se tiene de esta geografía, muchos son puntualmente descriptivos del sitio que nombran y otros se refieren a la abundancia de ciertos elementos naturales que caracterizan al lugar nombrado, designan algún rasgo peculiar del terreno y además, su destino o su pertenencia. Es una prueba contundente de la ancestral apropiación de esa naturaleza por parte de los pueblos que han creado y mantenido la civilización mexicana profunda. Las lenguas indígenas usadas en el estudios poseen una terminología más rica que el español, lo que denota una clasificación más detallada, que descansa en un conocimiento más preciso de las características botánicas, no se trata de nomenclaturas muertas cuyos vestigios han perdido sentido y coherencia, por el contrario, conservan su significado cabal dentro del campo semántico que les dio origen.

UN PERFIL DE LA CULTURA INDIA

Cada uno de los pueblos indios que vive en México posee un perfil cultural distintivo que es el resultado de una historia particular. La distribución territorial de la población indígena muestra una concentración mayor en áreas que habían alcanzado un notable desarrollo cultural antes de la invasión europea, el despojo de sus tierras y la terca voluntad de mantenerse libres, arrojó a muchos grupos hacia regiones inhóspitas. En muchas zonas la población india, prácticamente desapareció, fue exterminada, fue expulsada o, con más frecuencia, quedó sometida a condiciones que hicieron imposible su continuidad como pueblos étnicamente diferenciados.

La actividad productiva fundamental de las comunidades indias es la agricultura, y desde luego las tradiciones culturales vigentes. Una primera característica de la agricultura india radica en el cultivo simultáneo de varios productos en un mismo terreno.

El aprovechamiento de la naturaleza, que incluye la agricultura, abarca también la recolección de productos silvestres, la cacería, la pesca donde es posible, y la cría de algunos animales domésticos, se pone en juego una gran cantidad de conocimientos, habilidades y prácticas que adquieren coherencia y unidad a través de una concepción particular de la naturaleza y de la relación del hombre con ella.

En las culturas indias, la concepción del mundo, de la naturaleza y del hombre, hace que deban colocarse en el mismo plano de necesidad, hay una actitud total del hombre ante la naturaleza. En esta civilización, a diferencia de la occidental, la naturaleza no es vista como enemiga, ni se asume que la realización plena del hombre se alcance a medida de que más se separe de la naturaleza, por el contrario se reconoce la condición del hombre como parte del orden cósmico y se aspira a una integración permanente que solo se logra mediante una relación armónica.

Las culturas indias tienden a la autosuficiencia, la comunidad es un intrincado tejido de conocimientos generalizados, actividades diversificadas y especializaciones indispensables para llevar la vida con autonomía.

El indio en las comunidades tradicionales, tiene que saber lo suficiente sobre muchas cosas y desarrollar sus distintas capacidades para múltiples tareas. Y no lo aprende de otra manera: en la vida, en la convivencia, en el trabajo mismo, “no en la escuela”. No hay tiempo, no sitios especiales para aprender lo que se necesita saber, se observa, se practica, se pegunta y se escucha, a cualquier hora y en cualquier parte.

Se presenta también formas consecuentes de organizar el trabajo, hay división de trabajo entre hombres y mujeres, hay obligaciones de colaboración y participación que descansan generalmente en una base de reciprocidad.

El núcleo familiar, ocupante del espacio domestico, es el ámbito más sólido para reproducir la cultura propia de los pueblos indio. La mujer desempeña en ello un papel fundamental, a ella corresponde la crianza de los niños y la transmisión a las hijas de todos los elementos culturales, el tratamiento benévolo y respetuoso que dan los padres a loa hijos, rara vez se educa mediante violencia física.

GUILLERMO BONFIL BATALLA

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